Proyecto: Polígono 108
Arquitectura: Ludens + Briefcase
Iván Hernández + Pablo Kobayashi
Ubicación: Mérida, Yucatán
Equipo de Diseño: Yoshio Fukumori, Antonio García, Gustavo Mena, Anna Mieszek, Juan Vázquez
Tipología: Espacio Abierto
Constructor: Omesa
Prefabricados: Fapresa
Diseño Estructural: Juan Felipe Heredia DAE
Superficie: 16,000m2 de terreno, 4,000m2 de construcción
Año: 2014
Fotografía: Angélica Ibarra
Es fácil reconocer una tendencia actual en el tratamiento del espacio público con una búsqueda de resultados asépticos. Planchas de piedra con un par de bloques sueltos como bancas publicas sueltas en el vacío es la configuración más común recientemente. Es como si los diseñadores y gestores del espacio público consideraran que para satisfacer a la mayor cantidad de gente, sería necesario tratar el espacio público como espacio neutral e inofensivo. Pero si consideramos que intrínsecamente el espacio público es una arena de fricción quizá su configuración debería de operar no bajo una postura evasiva, la de evitar la fricción, sino de provocar diferentes condiciones de contacto social inclusive si en ese contacto se produce un roce. Al final de cuentas, no se puede llegar a pensar en la consolidación de un sentido de comunidad sin un reconocimiento de heterogeneidad, de conciliación y compromiso.
Como parte del programa de “Rehabilitación de barrio” en unidades de vivienda del INFONAVIT, Ludens, taller de arquitectura enfocado en el desarrollo de la arquitectura a partir del cuerpo y de la arquitectura como una herramienta de vinculación social, en colaboración con Briefcase, empresa especializada en la exploración de geometría compleja aplicada al desarrollo de sistemas de mobiliario y accesorios para el espacio público, generaron una propuesta para la recuperación de los espacios públicos del Polígono 108 en la ciudad de Mérida que promoviera el contacto social. Los espacios públicos dentro del Polígono 108 estaban conformados principalmente por andadores, planchas lineales de concreto con jardinería descuidada en sus bordes que no sólo conectaban las dos plazas del conjunto sino que se volvían la circulación principal de la comunidad con los servicios básicos como las escuelas, las tiendas comerciales y la iglesia.
La intención del proyecto se convirtió en no sólo equipar a los andadores con accesorios que hicieran su recorrido más agradable, sino aprovechar el flujo constante de la gente para generar espacios de fricción, espacios en donde los vecinos pudieran conversar, convivir y construir un sentido más fuerte de comunidad. La estrategia para lograr dicha intención fue generar un espacio público lleno de obstáculos, accesorios que no sólo ofrecieran comodidad sino provocaran distintos contactos sociales. Para ello, Briefcase desarrolló un sistema geométrico que pudiera ser aplicado a los distintos elementos arquitectónicos para obtener un sistema integrado donde cada elemento entra en complicidad no sólo con los otros elementos sino con los mismos usuarios. Así, los andadores dejaron de ser trayectorias lineales para convertirse, a partir de un piso zigzagueante, en un recorrido de descubrimiento en donde en cada giro se daba la oportunidad de generar una isla de convivencia. Dichas islas se conforman por mobiliario prefabricado que dependiendo de su configuración, ofrece distintas dinámicas sociales. Así mismo, los andadores fueron equipados con una techumbre cuyas columnas van acentuando este zigzagueo para provocar un caminar más casual, que a su vez también va ofreciendo protección al sol con distintos grados de proyección de sombra. En lugares en donde se busca mayor convivencia, la cubierta intenta asimilar la sombra parcial ofrecida por los arboles.
En cuanto a la conexión de los andadores con las plazas, fue importante difuminar sus limites y hacer que los andadores fluyeran dentro de la plaza. Las techumbres se expandieron para generar pequeños pabellones de convivencia y juego. Los recorridos siguieron zigzagueando, eliminado los limites programáticos existentes en la plaza original para generar un mayor intercambio entre un programa y otro y por lo tanto entre los distintos usuarios. La zona de juegos infantil originalmente consistía de un rectángulo definido por malla ciclónica que contenía un arenero con juegos, donde los papás tan sólo podían observar a sus hijos desde unas bancas en frente de la malla. Se planteó que hacía la calle, en donde mayor precaución se debe poner para que un niño no salga corriendo y cruce la calle distraído, se delimitó la zona de juegos generando una barda conformada por mobiliario prefabricado dispuesto de distintas maneras para ofrecer distintas dinámicas de convivencia entre niños y niños, padres y madres con niños, y padres y madres con otros padres y madres. Hacía el interior de la plaza, la zona de juego tan sólo se diferencia con un cambio de piso. La cancha deportiva fue bardeada con una estructura más resistente al mismo tiempo que se le fue integrada una zona de gradas con sombra para la gente que quiera disfrutar de los partidos pueda sentarse cómodamente.
Hoy, los espacios intervenidos en el Polígono 108 son ocupados en horas donde antes era inconcebible tener actividad sin el resguardo del sol. Algunas piezas de mobiliario se han convertido en el punto de reunion del grupo de vecinas que salen a convivir por la tarde. Las piezas de intervención se han activado por la comunidad y nos gustaría pensar que lo mismo ha pasado en el sentido opuesto. Para ambos, Ludens y Briefcase, el espacio público no debe ser conformado por una plancha vacía que se defiende por el argumento de ofrecer flexibilidad en su minimalismo de elementos, sino que debe ser una arena equipada con herramientas de apropiación, accesorios arquitectónicos cuyo sistema, cuya suma de funciones, van generando una maquina de sociabilidad.
NOTA: La ubicación geográfica de esta obra no es exacta y tan solo representa su localización en la macro escala. Si conoces la localizacion exacta, puedes colaborar con arquiTOUR y hacérnosla llegar a través del formulario de contacto.