Proyecto: Green Void
Arquitecto: LAVA - Chris Bosse, Tobias Wallisser y Alexander Rieck
Localizacion: Sydney, Australia
Año de Proyecto: 2008
Equipo de Proyecto: Chris Bosse, Tobias Wallisser, Alexander Rieck
Colaboradores: Jarrod Lamshed, Esan Rahmani, Kim Ngoc Nguyen, Anh Dao Trinh, Erik Escalante Mendoza, Pascal Tures, Mi Jin Chun, Andrea Dorici
Materiales: Nylon de alta tecnología
Área: 300 m²
Volumem: 3,000 m³
El proyecto renuncia a la aplicación de una estructura en el sentido tradicional. En lugar de ello, el espacio se llena con una escultura en 3 dimensiones ligera, únicamente sobre la base de mínima tensión de la superficie, se extiende libremente entre la pared, el techo y el piso.
El diseño y la fabricación utiliza el estado de la técnica de flujo de trabajo digital; a partir de modelos 3D, que están ya diseñados estructuralmente en formato digital antes de someterse al proceso de corte de material y armado.
El software que se emplea para su modelado y diseño es uno que se utiliza en la producción de velas para barcos y sistemas de velas más complejos como los de veleros a gran escala, esto con la finalidad de emplear un material ligero que luego solo hará falta cortar para luego unir las piezas que el software genere.
El producto muestra una nueva forma de flujo de trabajo digital, permitiendo la generación de espacios de un material ligero que requiere un mínimo de ajustes in situ para lograr una instalación completa en un muy corto tiempo.
La instalación se plantea la búsqueda de la máxima eficacia en el uso del material, peso de construcción, fabricación y tiempo de instalación, mientras que al mismo tiempo pretende lograr el máximo impacto visual en el gran atrio. El pabellón es fácilmente transportable a cualquier lugar del mundo, puede ser instalado rápidamente, y es completamente reutilizable.
La fabricación del objeto consiste en la unión de tejido que se adjunta a la estructura ligera que acompaña el tejido más o menos como la estructura que posee una tienda de campaña. Cada perfil está suspendido desde arriba, con un cable de 2mm de acero inoxidable.
El concepto de esta instalación no es nuevo, ya que desde la década del 70, Frei Otto con la burbuja de jabón-hizo experimentos para el Estadio Olímpico de Munich, naturalmente, la evolución de los sistemas ha sido mejorada en gran medida gracias a los sistemas computacionales que cada día son más eficaces.