Proyecto: Casa GBN
Arquitectura: Lucio Muniain et al
Ubicación: Almoloya de Juárez, Estado de México, México
Colaboradores: Mario Hernández, Jorge Arrollo, Luis Valdéz y Lucio Muniain
Ingeniería civil: Felilpe Guillén
Instalaciones: CIESA Eduardo Robles
Texto: Adela Rangel Fediuk
Fotografía: Alfonso de Béjar
Propietario es una excelente palabra para definir al usuario de una casa. No es sólo el dueño del inmueble, sino quien por medio de objetos y la manera en que ordena esta forma de presencia, se apropia del espacio.
La arquitectura contemporánea hace demasiado énfasis en la perfección compositiva que podemos denominar “pa la foto”, evitando a toda costa mostrar el sello particular de los habitantes ya que estos objetos son vulgares: una taza suvenir de una playa “corriente”, un mantel de florecitas o el desorden de una mesa de trabajo. La soberbia del director del diseño no tolera los objetos ordinarios: la tacita de exprés deberá combinar con el reloj de pared sin números y el sillón Knoll.
La casa GBN estresa el límite de la influencia del arquitecto y abre un espacio de tolerancia donde el usuario empieza a apropiarse más profundamente que sólo los objetos que pululan en los locales, buscando con esto que no se convierta en esclavo del estilo de su propia casa.
El valor de un espacio que se ha esculpido de la correcta proporción, de una plástica clara y sin alardes soberbios de un rigor esclavizante, trasciende la piel. La Casa GBN goza de ser un lienzo sobre el cual la cotidianeidad relaja su habitar. Fuera de ser una exotización del gusto coloquial, se trata de construir un puente entre la postura altanera que dictamina el comportamiento de los habitantes y mantener un espacio acorde a sus costumbres.
El contexto es hoy bucólico y carismático, sin embargo el carácter de la casa, a pesar de encajar perfecto en los contrastes del campo, acepta el pesimista futuro de los suburbios mexicanos.