Proyecto: Casa Pentimento
Arquitecto: Sáez + Barragán
José María Sáez
David Barragán
Colaborador: Alejandra Andrade
Localización: Quito, Ecuador
Construcción: Jaime Quinga
Prefabricados: Héctor Sánchez
Ingeniería: César Izurieta
Fotografía: Raed Gindeya, Raúl Yépez, Jose María Sáez
Macetas portantes
Un jardín, una cliente sin miedos. Una arquitectura que se desnuda para conectarse con su entorno. Construida con una sola pieza prefabricada de hormigón, que puede situarse en el montaje en cuatro posiciones, y que resuelve estructura, cerramiento, mobiliario, escaleras, incluso una fachada jardín que es el origen del proyecto. Por fuera es una retícula neutra que se camufla de valla o de seto. Al interior, cada muro es distinto y se ajusta a sus necesidades de escala, función, posición, etc.
Una plataforma de hormigón que sirve como cimentación superficial amolda su forma a la del terreno, quebrándose con el fuerte desnivel, esquivando los árboles o incorporándolos. Sobre la plataforma se levanta el sistema de prefabricados. Las piezas se insertan en varillas de acero ancladas con pegamento epóxico a la plataforma. Estas varillas y los elementos de traba entre las piezas generan una estructura apretada de pequeñas columnas y dinteles, muy apropiada a la sismicidad de la zona.
Los intersticios entre prefabricados se dejan abiertos en algunos puntos y se cierran en otros con acrílico transparente o translucido y con tiras de madera, convirtiéndose en filtros de vegetación y de luz. Estas mismas rendijas al interior son soporte de piezas de madera que se convierten estanterías, asientos, mesas y escalones.
La casa prescinde lo posible de acabados. La losa de cimentación se funde con pigmento negro y endurecedor para que se convierta en el piso terminado final. Los prefabricados de hormigón quedan visto tanto al exterior como al interior, suavizando su dureza la madera interior y la vegetación siempre presente. En el piso superior el mirador abierto se despoja de cualquier elemento secundario; permitiendo el paso del aire y la luz, encuadrando las vistas de las montañas lejanas, se concentra en su papel de relacionar al usuario con su entorno.
La bendición del bajo presupuesto
Economía, sencillez y claridad. Obligados a encontrar la respuesta en las condiciones del encargo, la limitación económica nos conduce felizmente en esa dirección: despojar de lo accesorio, buscar la intensidad por reducción, simplificar los procesos constructivos. Trabajar con la luz, la naturaleza, el clima templado, los materiales disponibles de forma directa. Pocos materiales, claridad para su empleo.
Austeridad liberadora, que permita el goce, lo sensorial, la conexión con la naturaleza. Arquitectura de síntesis, que se sostenga en un número reducido de leyes propias. Una sola pieza, una sola acción constructiva de apilar. Una arquitectura diluida en la naturaleza, que hacia el exterior es prolongación vertical del jardín y hacia el interior es mobiliario. Un muro en el que convergen el entorno y el usuario.
NOTA: La ubicación geográfica de esta obra no es exacta y tan solo representa su localización en la macro escala. Si conoces la localizacion exacta, puedes colaborar con arquiTOUR y hacernosla llegar a través del formulario de contacto.